Los chihuahuenses nos preparamos para que la ciudad se retapizada con propaganda política. Nos preparamos para ver la pelea por los postes, mismo que serán ocupados en toda su extensión por los pendones de los candidatos a alcalde, diputados y síndicos de los distintos partidos políticos que aún conservan su registro en la entidad.
Durante los meses de marzo y abril vivimos inmersos entre la propaganda de las precampañas del PRI y del PAN para elegir sus candidatos.
El proceso interno del PRI se llevó a cabo sin roces ni raspaduras evidentes (aunque son muchos los que lo critican en silencio), donde al ganador le levantaron la mano quienes fueron derrotados.
Pero en el PAN, vimos lo más refinado y perfeccionado de los antiguos vicios electorales, que los puritanos azules en el pasado no solo criticaban, los censuraban y los consideraban un sacrilegio: acarreo profesional, compra de votos a muy altos precios, amenazas laborales, maestría en artes mapacheriles, manipulación del conteo de votos, en fin, un sin fin de vicios que han causado mucho ruido y un cisma que los dirigentes panistas y el mismo alcalde Juan Blanco minimizan, intentando contener el daño que le puedan ocasionar, no al PAN, sino a su delfín Carlos Borruel.
El amañado proceso interno del PAN, orilló a quien también contendía por la candidatura a la alcaldía, el diputado Fernando Reyes, a retirar su candidatura y a denunciar las mañas y vicios aquí mencionados, causando a ira radical de quienes tienen el control del PAN en el estado y, sobretodo, en Chihuahua capital.
En días recientes, medios de comunicación nacionales, han expuesto el cisma que el PAN vive en Chihauhua, pero aunque los mismos panistas quieren hacerle ver a la sociedad que no pasa nada, que es un caso aislado, hagamos una retrospectiva, nada más de este 2007.
Y todo se remonta a Mérida, Yucatán.
En 2001, el PRI perdió por vez primera la gubernatura yucateca y se alzó con el triunfo Patricio Patrón Laviada de nexos muy fuertes con el foxismo. Pues a seis años de que “el cambio” llegara a Yucatán, es tiempo de elegir nuevamente gobernador, alcaldes y diputados. Y para poder postular candidatos, los partidos, al igual que en Chihuahua recurrieron a sus usos y costumbres para elegir a sus mejores hombres y mujeres para reconquistar el poder unos, mantenerlo otros y lograr incrementar su presencia los pequepartidos.
Pues en el PAN, compitieron dos distinguidos militantes de añejo panismo: Ana Rosa Payán Cervera y Xavier Abreu Sierra. Como la democracia panista es “cerrada”, ya que vota una minoría para elegir sus candidatos, la elección no dejó el mejor sabor de boca, ya que se realizó perfeccionando los peores vicios del jurásico político y, lo peor de todo, la elección interna del PAN fue “de estado”, es decir Patricio Patrón el yucagober, utilizó toda la estructura del gobierno para apoyar a su gallo y amigo Xavier Abreu.
La doblemente exalcaldesa de Mérida y exdirectora nacional del DIF, Ana Rosa Payán, exhibe a los medios de comunicación la “marranada panista” y denuncia que se conducirá por los canales legales que marca el PAN, para impugnar la elección interna. Mientras la Payán cumple su palabra, el PAN de Patrón Laviada instantáneamente le dice que sus impugnaciones no proceden, a parte se soportar amenazas y presiones del gobierno federal por exhibir al PAN de esa manera.
El PAN le creó un escenario a la Payán, donde pretendían retenerla mediante la disciplina forzada y las amenazas, pero estaban tan convencidos Patrón y Abreu de su fortaleza por el apoyo calderonista, que la consideraron innecesaria para la unidad panista.
Ana Rosa ante tal escenario decidió que su capital político construido a través de los años, tenía valor y podía hacer la diferencia e incluso convertirla en la “Ricardo Monreal” de Yucatán. Buscó el apoyo del PRD, pero la cúpula del sol azteca, se lo negó y fue postulada por el partido de Dante Delgado y el mercenario Partido del Trabajo. Para ello, Ana Rosa previamente renunció a 23 años de trayectoria panista y abandonó todo un legado que ella hizo en el yucaPAN, en vías de construir uno mejor.
El cisma ocasionado por la Payán en el yucaPAN, fue y es un tema de dimensiones nacionales que debilitó mucho a ese partido rumbo a la elección del 20 de mayo, tan lo debilitó que Xavier Abreu ha ido en franca picada desde su registro como candidato, lo que ha beneficiado a una dama que no es la Payán, sino la priísta Ivonne Ortega.
Ana Rosa se juega su futuro político con una estrategia muy clara: sabe que bajo las siglas que la postulan no ganará la gubernatura, con la aplanadora federal y estatal en su contra, sabe que el único camino a seguir es quitarle la mayor cantidad de votos que se puedan al panista Abreu y unirlos a su causa.
Ana Rosa apostó por la salida, en un partido secuestrado por intolerantes, borracho de poder y el resultado es la división que comenzó este año en el yucaPAN y que se contagia a todo el país.
En Chihuahua, de todos es conocido, la circunstancia del diputado Fernando Reyes y sus huestes. La dosis se repite en Chihuahua. Fernando denuncia los hechos al igual que la Payán, el PAN desecha su impugnación, pero aquí el ingrediente picoso es que Fernando no renuncia, acude al TRIFE en espera de una resolución en contra de Carlos Borruel.
Sin embargo, Fernando Mariano Reyes, mandó a sus huestes por delante a renunciar a su militancia panista y éstos fueron acogidos por el Partido Verde donde les fueron ofrecidas sendas candidaturas a diputados y otros espacios.
Pero la reacción panista se dio casi simultáneamente a las renuncias de las huestes de Reyes. Las dirigencias estatales y municipales anunciaban su expulsión junto con la del “baby blue” Eduardo Mendoza, aún regidor del ayuntamiento.
Fernando Reyes ha expresado que sería un honor que lo expulsaran por “decir la verdad y denunciar el secuestro del partido”, pero de no darse la expulsión pronto y tras la resolución del TRIFE, la salida de Reyes del PAN es inminente.
En ambos casos, alejados por la distancia, los une el mismo reclamo. Lo cual no es un hecho aislado sino una enfermedad que contagia al PAN de todo el país en un tiempo mucho muy corto. Al PRI en el poder le tomó décadas llegar al punto de cisma en el que se encuentra el panismo. Ambos cismas han herido al PAN en sus localidades, aunque la soberbia de sus dirigentes no les permita aceptarlo, en el resultado final, de este domingo en Yucatán y del 1 de julio en Chihuahua serán sin duda factores para la derrota del PAN en ambos lugares.
Fernando y Ana Rosa han jugado una función que el PAN siempre ha temido: el desnudo y exhibición de sus errores. Al PAN le preocupa que su imagen de “partido inmaculado” se mantenga intocable, pero el mismo poder desgasta al partido que lo ocupe.
Podemos decir que tanto la Payán como el Púas Reyes han tenido una función como la de Spencer Tunick, solo que a nivel político y en éste instante los une una dieta de origen perredista: ¡chingue a su madre el PAN, yo como tortilla”.
Comentarios, sugerencias: fruslero@gmail.com
ULTIMALETRA
I want to take advantage of this space to congratulate all the teachers that I've had in my life, specially those who taught me a lot and gained my friendship in Wisconsin. Paul Scott is one of them, and even if teacher's day is a mexican celebration, Paul is a very mexican guy, an excellent teacher and a wonderful friend with a lovely family that adopted me: Lynette, Sara and Mikey.
Película de la semana
- "El Limonero" dirigida por Eran Riklis
miércoles, 16 de mayo de 2007
La Dieta
Etiquetas:
Ana Rosa Payán,
Chihuahua,
cisma,
dieta,
división,
Elecciones,
Fernando Reyes,
PAN,
política,
Wisconsin,
Yucatán
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario