Las voces de Morelia

Aterrorizante. La zozobra no dejó de hacerse presente durante la celebración del Grito de Independencia que se realiza en todo el país, como una de las tradiciones más arraigadas en nuestro México. La amenaza se hizo presente desde días antes de la máxima celebración patria. En algunos lados fue solo eso, una amenaza. Desgraciadamente en la capital michoacana, Morelia, las amenazas si se materializaron de manera cruel y despiadada.

En el antiguo Valladolid donde naciera José María Morelos y Pavón para que en 1828 la ciudad fuera rebautizada en su honor tras su papel como prócer independentista, es donde ahora el olor a sangre y pólvora invadió la celebración del 198 aniversario del inicio de la gesta por la independencia nacional, con explosiones bélicas que cobraron algunas vidas e hirieron a cientos. Algo jamás sucedido en la historia, que lleva varios mensajes: el primero es que el atentado sucede en la entidad de la cual es oriundo el presidente Calderón y un prócer de la guerra de independencia, haciendo un claro reto al Estado mexicano al haber tenido como blanco a puros civiles, que asisten a lo que tradicionalmente ha sido una fiesta familiar, que en Morelia derramó sangre y la opacó el fuego.

Cientos de testimonios salen a la luz pública, a 48 horas de los atentados. Muchos turistas. Uno de ellos declara que la granada golpeó su cabeza y que iba acompañado de su familia, incluyendo a sus sobrinos. Todos sufrieron algún percance, excepto su novia. Venían de Querétaro y decidieron pasar la patriótica noche en Morelia, “siento coraje e impotencia porque esto no deben hacérselo a los niños. No es el México que se merecen. Ellos no han votado y no han decidido aún qué Gobierno quieren. Pero ese sentimiento de coraje e impotencia se me borra al pensar que estamos con vida y que somos afortunados”, expresa el queretano sobreviviente.

Querétaro no ha sido el único estado con pérdidas. Tamaulipas pierde un paisano también. Juan Ríos Pescador, productor agropecuario y propietario de viveros de plantas en la zona de Tampico, andaba en Morelia aprovechando el puente, visitando la histórica urbe, donde celebrando el grito, encontró la muerte.

Las voces de Morelia se hacen escuchar desde la tragedia. Todas convergen en un estado de estupefacción, de coraje, de dolor y de clamor de justicia, acompañado de un olor a impunidad, muy común en nuestro país.

A las voces de Morelia se suma el gobernador de aquella entidad, Leonel Godoy, quien daba el Grito mientras las explosiones multicolores de los fuegos artificiales en los aires decoraban el cielo, en tierra firme, atentaban contra la sociedad mexicana. Los colores se han desvanecido. Leonel Godoy de inmediato se contactó con el ejecutivo, para coordinarse en la investigación y esclarecimiento de la masacre. Nuestro país no puede soportar que siga un hecho mucho más trágico que este, nuestro país se hunde en la impunidad, en los magros resultados y en un miedo permanente, mismo que fue el protagonista en muchos estados, además de la lluvia.

Las voces de Morelia son las mismas en cada rincón del país. En Tijuana, en Tamaulipas, en Jalisco, en Querétaro, en Yucatán, en Chiapas o en Chihuahua, las voces de Morelia piden lo mismo que las voces de todos los mexicanos, “¡ya basta!”

No podemos permanecer sordos ante estas voces de Morelia, ni a las de la marcha del pasado mes, ni a las de Creel, ni a las de los Martí o los Vargas, ni a las de todas las víctimas de crímenes de este país.

Las voces de Morelia suplican que vuelva la paz y la tranquilidad a este país, pues el México del mañana no lo queremos así para las futuras generaciones, no queremos que la niñez del mañana replique y viva lo que se vive hoy.

Ya basta. Las voces de Morelia exigen, a su vez, resultados concretos y no solo mediáticos. No a los chivos expiatorios. Si a la verdad y al regreso de la tranquilidad y la justicia.

Yo me sumo pues, a esas exigencias y suplicas de las voces de Morelia.

ULTIMALETRA
Descansen en paz todos los inocentes que murieron en Morelia. Pronta resignación para todas sus familias. Espero que los heridos se recuperen física y mentalmente de este atentado contra la sociedad, nuestro Estado y nuestra historia.