
El estruendo de muchos rifles se escuchó. En unos segundos, el olor a pólvora se mezclo con el fatídico hedor de la sangre expulsada del cuerpo. La sorpresa era aterradora; había caos y estupor. Nadie esperaba la tormenta de plomo que acabó con la vida de un líder con espíritu guerrero, amante de su tierra y sus raíces, mismas que defendió hasta el día de su sorpresiva muerte un 10 de abril de 1919, cuando el cuerpo de Emiliano Zapata fue derrotado pero fue el día en que su espíritu se convirtió en leyenda.
Zapata se transformó en el icono del estado de Morelos. Su violenta muerte hizo que la leyenda de Zapata cobrará vida y sus frases e ideales darían identidad al estado que lo vio nacer y al que defendió con toda su fuerza y sangre. Zapata era descendiente de una familia de antiguos comuneros, nació el 8 de agosto de 1879 en Anenecuilco, Morelos, que se caracterizó por la defensa irreductible de sus tierras y derechos comunales, de ahí hereda ese espíritu de furioso luchador.
Zapata se hizo famoso durante la dictadura porfirista, cuando los hacendados cañeros de Morelos se adueñaron de las tierras que pertenecían a los pobladores de la región, cuyas reclamaciones legales no eran atendidas por las autoridades correspondientes. En 1909, sus habitantes nombraron a Emiliano Zapata, como jefe de la Junta de Defensa de las Tierras de Anenecuilco, para coordinar la lucha del pueblo contra la hacienda.
Cuando estalla la Revolución de 1910, Emiliano Zapata se lanzó al combate bajo y para marzo de 1911 ya era el jefe reconocido por todos los maderistas de Morelos. Cuando Francisco I. Madero llega a la Presidencia, Zapata se negó a desarmar a sus hombres hasta que el gobierno devolviera a los pueblos las tierras usurpadas por las haciendas. Tras amagos y diálogo, Madero y Zapata no llegaron a ningún acuerdo. Lo que provoca que los zapatistas fueran atacados por las tropas federales. Fue entonces que el 29 de noviembre de 1911 el caudillo del sur proclamó el Plan de Ayala, mismo que se convirtió en la bandera del agrarismo mexicano.
El Ejército Libertador del Sur, con Zapata a la cabeza, combatió sucesivamente a los gobiernos de Madero y Victoriano Huerta, y logró apoderarse, para mediados de 1914, de todo el estado de Morelos, , coadyuvando así al derrocamiento del gobierno ilegítimo de Huerta. Una vez dominada la región, los zapatistas aplicaron en 1914 y 1915 las ideas expuestas en el Plan de Ayala; se restablecieron a los pueblos y comunidades las tierras de las haciendas, respetando la autonomía de los poblados y dirigiendo la producción de las haciendas restantes. Los zapatistas combatieron incansablemente a Carranza, en una guerra sin cuartel. Esta guerra se prolongó por varios años. Los jefes militares carrancistas comprendieron finalmente que era imposible vencer por la vía de las armas la resistencia de los campesinos de Morelos, por lo que el general Pablo González decidió eliminar a Zapata tendiéndole una trampa. El plan de González consistía en que el coronel Jesús Guajardo, uno de sus subordinados, fingiera enemistarse con él (Carranza) y simulara querer unirse al zapatismo. Guajardo le escribió a Zapata solicitándole una entrevista; antes de aceptarla, el caudillo del sur le ordenó que tomase Jonacatepec, Guajardo simuló cumplir con la encomienda, y con ello logró que se le concediera la entrevista.
Tras una reunión previa, el 9 de abril, Zapata ofreció visitar a Guajardo al día siguiente en su cartel, la hacienda de Chinameca, con objeto de establecer las condiciones par que éste se incorporara a sus fuerzas.
El 10 de abril de 1919, Emiliano Zapata, acompañado por una escolta de diez hombres, marchó hacia la hacienda ocupada por Guajardo y ahí, el clarín tocó tres veces llamada de honor, al apagarse la última nota, en forma sorpresiva, los soldados dispararon sus fusiles a quemarropa sobre Zapata, cuyo cuerpo fue exhibido en Cuautla como trofeo, mientras unos sonreían por su muerte, otros enfurecidos convertían sus ideales en la gran causa nacional. A 90 años, la tricentenaria capital de Chihuahua, recuerda al gran caudillo del sur por causa, misma que no ha perdido vigencia.
ULTIMALETRA
Una felicitación al Diputado César Duarte Jáquez por su segundo informe de labores. En un año muy intenso de trabajo en beneficio de todos los mexicanos, César habrá de sorprendernos aún más para su tercer informe. ¡Enhorabuena!
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