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  • "El Limonero" dirigida por Eran Riklis
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miércoles, 7 de octubre de 2009

¿Ganar la presidencia?

México, D.F.- En semanas anteriores, Beatriz Paredes comenzó la ruta que tanto soñó en enero de este año: tomar protesta a los nuevos gobernadores priístas. Presenció ya la asunción del meteórico Doctor Toranzo en San Luis Potosí y para comenzar el décimo mes del año acudió a otro estado recuperado, Querétaro, donde Pepe Calzada asumió en un Teatro de la República a reventar. Por otro lado hace solo unas horas Rodrigo Medina asumió el poder en la joya de la corona: Nuevo León. Tres rostros nuevos que pueden representar a la nueva generación de priístas, que han logrado el equilibrio entre viejos y nuevos, entre los intereses económicos y que representan el relevo generacional que en muchos estados el PRI no ha querido dar.



El relevo generacional del PRI no solo es para que los más jóvenes tengan oportunidades, es demostrar que en todos los rangos de edad el PRI tiene caras nuevas y capaces, el caso de Toranzo en San Luis Potosí es ejemplo de un relevo generacional con gente experimentada y capaz.



El PRI termina el 2009 con 5 gobernadores nuevos de 6, tres que mantuvo, dos que recuperó y una que perdió. El año que entra se eligen 11 gubernaturas, entre ellas Hidalgo quien adelantó sus comicios siete meses y en 2011 habrá elecciones en el Estado de México, entre otros estados para renovar los ejecutivos estatales. Es decir para el año de la elección presidencial habrá muchos nuevos gobernadores que estarán experimentado lo que los actuales gobernadores priístas prueban: la libertad de su poder, de no tener presidente de la república al cual someterse, así como tener el control de sus estructuras partidistas. Es decir, ahora cada uno de los gobernadores priístas tiene su peso específico y el CEN del PRI no puede decidir nada sin consultar a quienes gobiernan a la mayoría de los mexicanos.



Los triunfos del 2009 bajo el mando de Beatriz Paredes hacen que el PRI se suba a la nube de la soberbia y afirme que están solo a un paso de regresar a Los Pinos. El desgobierno panista que nuestro México padece desde el 2000, ha deshecho lo construido en el pasado, lo bueno y lo malo, todo. No han sabido hacer, han dejado de hacer y no han sabido sortear las crisis y el electorado por eso le ha devuelto una confianza al PRI que no es eterna.



Para el 2012, los nuevos gobernadores del PRI habrán de hacerse la pregunta si a ellos les conviene que su partido recupere la presidencia. ¿Le convendría perder el reflector y volver al antiguo esquema presidencialista? ¿Sacrificar su poder y peso real? ¿Someterse a un presidente que actúa como tal desde su gobierno estatal y a su historia de telenovela?



La unidad a la que Beatriz Paredes se refiere, ¿será real? O simplemente es que el PRI ha decidido apostarle a un solo candidato presidencial, como comúnmente se dice, ¿han puesto todos los huevos en la misma canasta?



La fuerza real de los gobernadores y el debilitamiento que el PAN ha hecho de la institución presidencial, han convertido a los gobernadores del PRI en un verdadero contrapeso al poder presidencial. De ganar en 2012 la presidencia, ¿los gobernadores estarán contentos de volver a ser subordinados? Y si no, vean a los gobernadores de Jalisco, Tlaxcala, Morelos en la actualidad.



¿Le conviene entonces al PRI ganar la presidencia en 2012?



ULTIMALETRA
En el tricentenario de nuestra querida ciudad de Chihuahua y ante la crisis económica el nombre de Antonio Ortiz Mena ronda por mi cabeza. Tanto bien haría si el presidente y Carstens hojearán, solo hojearán su libro sobre el desarrollo estabilizador.

miércoles, 30 de septiembre de 2009

Recordar a Ortiz Mena


México, D.F.- En medio de una crisis económica que le ha pegado muy duro a nuestro país como a ningún otro, después de Estados Unidos, y la ineptitud, ineficacia y ceguera de un Gobierno Federal que a toda costa cree tener la verdad divina como estandarte para lastimar más los bolsillos de los mexicanos, el recuerdo de un chihuahuense ilustre me viene a la mente.

Un hombre cuyo legado está repleto de una visión prodigiosa y exitosa, así como de una gran coherencia intelectual, que ante la crisis que vivimos no vemos por ningún lado en el gabinete de Felipe Calderón. El hombre, Antonio Ortiz Mena, dejó de existir a sus 99 años en marzo del 2007, pero su legado en el servicio público es referente a una época de gran prosperidad económica en nuestro país, prosperidad que añoramos hoy más que nunca.

Es recordado por ser el único Secretario de Hacienda que duró doce años en el cargo, sirviendo a dos presidentes: Adolfo López Mateos y Gustavo Díaz Ordaz. Durante su gestión al frente de la hacienda pública fue que acuñó un término, que aún es materia de estudio, discusión y debates, el famoso “desarrollo estabilizador”. Aquella famosa política económica que se ejecutó en coordinación entre Banco de México y la Secretaría de Hacienda, algo tan remoto de ver hoy en día.

Durante los doce años del “desarrollo estabilizador”, el producto interno bruto de México creció a una tasa promedio de 6.8 por ciento cada año, con una inflación de 2.5 por ciento, también en promedio anual. Con una tasa de crecimiento demográfico de 3.4 por ciento anual, cada año el ingreso por habitante aumentó poco más de 3 por ciento. En aquel tiempo el crecimiento industrial que México obtuvo se basó en la expansión del mercado interno, propiciado por el crecimiento urbano y los efectos de la reforma agraria, así como la consolidación de la infraestructura de comunicaciones, en el sector energético y la participación de la iniciativa privada en el crecimiento industrial.

En su momento los grandes economistas del mundo hablaban de dos Méxicos: el de antes de Ortiz Mena y el de su época. Hoy a la distancia vemos tres realidades de nuestro país: Antes de Ortiz Mena, después de Ortiz Mena y las de las crisis del neoliberalismo. México era ejemplo para los demás países de Latinoamérica, quienes lo veían como un ejemplo a seguir e incluso, connotados economistas de la época afirmaron que de seguir con el ritmo de aquel entonces, México sería una potencia mediana para el año 2000. No lo fue y el legado de Ortiz Mena solo quedó para los libros, las anécdotas y la academia, el neoliberalismo reemplazó lo hecho en el pasado y hoy, con una crisis tan fuerte, la memoria de Don Antonio Ortiz Mena viene a colación porque necesitamos reavivar su legado ya que tenemos un equipo económico dentro del gabinete de Felipe Calderón ineficaz, inepto, inútil y caro, que estudiaron en las mejores universidades privadas de México y el extranjero. Ortiz Mena no era siquiera economista. Fue abogado egresado de la Escuela Nacional de Jurisprudencia de la Universidad Nacional Autónoma de México. No fue a Harvard, no fue a Yale. Egresó de escuela pública y es considerado el mejor Secretario de Hacienda de la Historia, además de haber sido el segundo presidente del Banco Interamericano de Desarrollo.

En Europa y América del Sur, recibió muchos homenajes por su labor dentro de la hacienda pública mexicana así como por su destacado paso por el BID. Fue un hombre cauto, culto, firme, prudente y que basaba sus decisiones en el sentido común. Mismo que hoy, ante una crisis que se diagnosticó con mucho tiempo, ha faltado a Calderón y a Carstens para poder sortearla.

Dentro de su visión económica del “desarrollo estabilizador”, Don Antonio tenía como ejes, la estabilidad de la macroeconomía, no sólo financiera sino sobre todo de variables como producción y empleo. El Desarrollo del mercado interno y abatimiento de la desigualdad social. Una política promotora de la industrialización (la conocida sustitución de importaciones); la importancia de la actividad agrícola ya que el país era autosuficiente y exportaba alimentos. Y una regulación del sistema financiero que promovía el financiamiento de la actividad productiva en conjunto con el Banco de México.

Un hombre de ideas y acciones, lanzó una lapidaria frase en la década de los 80: “En México, el poder del presidente es absoluto y se corre el riesgo de que, por falta de contrapesos, como deberían ser el congreso y el Poder Judicial, un mandatario descontrolado puede llevar al país a la ruina”. Ortiz Mena pudo ver como su frase se transformó en los primeros años del siglo XXI, donde el absolutismo presidencial desapareció para dejar una institución presidencial débil y poco respetada pero donde el contrapeso real es el Congreso.

Se vale recordar a Don Antonio Ortiz Mena en el marco del tricentenario de nuestra ciudad capital y se vale recordarle a Calderón y a su mediocre gabinete presidencial, que hojeen un poco el libro de éste sobre el desarrollo estabilizador y la economía, el legado de Ortiz Mena ahora, podría de ser de gran ayuda para los ineptos que manejan la economía del país y que pretenden sangrar más los bolsillos de todos nosotros solo para llenar más los ellos.

Haces falta, Don Antonio, haces falta.

ULTIMALETRA
Con cinco años de intenso trabajo, Reyes Baeza llega a su quinto informe de gobierno, donde destaca la gran cantidad de obra realizada en la zona serrana y el sur del estado, donde hace tiempo había un rezago importante. Hay pendientes que resolver, efectivamente, pero falta aún un año más, el más difícil, pero Reyes seguirá dando todo por Chihuahua.