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martes, 8 de septiembre de 2009

Con D de Duarte

México, D.F.- Desde que hace un año César Duarte Jáquez sorprendiera a la clase política nacional y estatal con su arribo a la presidencia de la mesa directiva de la Cámara de Diputados, su aspiración de ser el candidato del PRI a gobernador, para muchos dejo de ser el sueño guajiro que para otros tantos representaba la intención de Duarte previo a convertirse en el mandamás de la Cámara Baja. Y muchos, aquel 28 de agosto del 2008 auguraron que César tendría una oportunidad extraordinaria de exposición mediática pero que sería efímera y que no alcanzaría para disputar la candidatura del PRI al gobierno de Chihuahua.

Dentro del PRI, César Duarte sacudió las aspiraciones de varios distinguidos priístas que no vislumbraban que una oportunidad se le fuera a dar al diputado por Parral y comenzaron los movimientos y los reajustes políticos al interior del PRI y también al exterior pero la verdad es que César Duarte entendió que el ocupar la Presidencia de la Cámara de Diputados iba más allá de su aspiración por gobernar el estado que lo vio nacer, era la oportunidad de hacer algo verdaderamente importante por el país, en medio de un gobierno federal insensible e intolerante y de una oposición tripartita que se rehúsa a aceptar que las elecciones federales quedaron 3 años atrás con resultados conocidos. Era la oportunidad de demostrar su habilidades políticas y de probar que el PRI es una oposición responsable entre dos grandes extremos intolerantes. El fue en el año electoral la cara de los legisladores priístas para todo el país y para los visitantes extranjeros fue el rostro hospitalario de todos los diputados mexicanos.

De su actividad legislativa César estuvo presente y a la altura necesaria en los temas torales del país y del estado. Nunca cesó de visitar ni su distrito ni la geografía estatal completa para informar sobre su labor, para recibir gestiones o simplemente para escuchar a los diversos sectores que le planteaban un problema. Pero se mantuvo constante con el tema que domina mejor: el agropecuario. Siendo un diputado cenecista no olvidó al campo mexicano al cual buscó solucionarle algunas de sus añejas demandas.

Delimitó perfectamente las posturas del PRI en la Cámara y supo ser interlocutor entre los extremos radicales que no dialogan y ya tienen tres años peleando entre sí. Supo recibir y atender a muchos ciudadanos que acudían a buscarlo para plantearle algunas situaciones, desde los sindicatos universitarios, rectores, asociaciones de campesinos, ganaderos, empresarios, inversionistas, gente de la cultura, gobernadores, alcaldes y diputados locales quienes a la hora del presupuesto buscaron su mediación para lograr obras importantes como el caso del alcalde de Acapulco, quien buscó con Duarte la posibilidad de tener más recursos del presupuesto para obras de infraestructura hidráulica. Incluso recibió hasta a Andrés Manuel López Obrador (a lo que se oponía el PAN) y al depuesto presidente hondureño Manuel Zelaya.

De su presencia en los medios nacionales, ni que decir. Era una constante en las primeras planas, editoriales y columnas que le permiten ser una de las caras más identificadas por los mexicanos. Y su labor fue tan efectiva que ha sido reconocido más de una vez por el presidente Calderón, los partidos políticos, los gobernadores y hasta por la UNAM.

Duarte Jáquez se va orgulloso de ser uno de los pocos chihuahuenses que ha llevado las riendas de la Cámara de Diputados y cuya labor espera rinda sus frutos en la tierra de hombres y mujeres valientes que lo vio nacer y que ahora quiere gobernar. Pero mientras tanto también, como un chihuahuense más, deseo felicitar al buen César por su esfuerzo y labor en beneficio de los mexicanos y de nuestro campo que está ávido de auxilio. Felicidades, César.

ULTIMALETRA
Teresa Ortuño eres sinónimo de cobardía, seguimos esperando tu disculpa pública con todos los chihuahuenses.

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